Matices



Hay quienes escriben por placer y quienes lo hacen por terapia. Hay quienes escriben por entretenerse y quienes lo hacen por dinero. Hay escritores que buscan reconocimiento  y quienes encuentran en la escritura su hogar. Yo escribo porque me da la gana. Por placer y por diversión. Por necesidad y por orgullo. Por fortuna, por emociones. Pero sobre todo, escribo porque me apasiona escribir, porque me hace libre.
Escribiendo puedo construirme tantas casas como desee, sin hipotecas ni avales. Y las levanto sencillas o fastuosas, con gruesos muros o transparentes, con grandes jardines o con vistas al mar, sólo necesito las palabras adecuadas, los adjetivos precisos. Puedo también viajar sin comprar billetes, sin temores a caravanas o al overbooking, sin tener que interpretar un mapa porque en “mi mundo” mando yo. Yo pongo las fronteras y los límites, aunque tengo muy presente que mi libertad termina donde empieza la de usted.

Estará de moda arremeter contra todo y contra todos, sin el más mínimo respeto. Pero perdónenme que les diga que este no es mi estilo. No niego que me guste no dejar indiferente a nadie cuando empuño mi péndola, pero no significa que pierda el norte.
Cuando se escribe puede hacerse afilando la pluma o afinándola. Personalmente me inclino más hacia lo segundo porque si bien es cierto que afilar es más fácil, afinar tiene más clase, más magia. Y como no pretendo llevarme el premio Planeta porque no sé escribir por encargo, ni puedo optar al Pulizcher porque no soy periodista titulada, sigo trabajando en el oficio de escribir, con esfuerzo y perseverancia, con grandes dosis de humildad, que es como se ha de emprender esta dura tarea.

Así cuando leo acerca de lo que acontece en torno a literatos de la talla de Eduardo Mendoza o Pérez Reverte, de la polémica de la Urbano, el Rey emérito y Suárez, no puedo evitar acordarme de otro grande, Manuel Rivas.
Rivas habló en una de sus habituales columnas, del olor de los textos. De olores viciados y putrefactos, rancios y corruptos, olores desagradables para un arte que ha de desprender aromas de libertad. Una libertad a menudo sometida al ostracismo por quienes siguen empeñados en enturbiar un mundo de luces y sombras haciendo que brillen las más oscuras.

Pero no sólo los maestros llenan páginas de “pequeñas infamias”, también los hay que lo hacen por afición. Una afición desmedida por acaparar la atención de un público que de otra manera no repararía en escritos cuando menos faltos de formas. Aunque claro, existe una salvedad  importante; aquéllas premiaron a una dama de las letras y las actuales dejan en evidencia a quienes las firman.
El mundo de la las letras es complicado, publicaciones y editores, promociones y compromisos, sin olvidar la blogosfera y las críticas. Sobre todo críticas. Es lo que tiene la literatura de hoy. Y  digo yo, ¿dónde quedan los universos creados para el gozo y disfrute del lector?
¿Dónde queda el autor que olvida que el verdadero protagonista de su obra es aquel que la hace suya a través de la lectura?
Cuando se escribe hay que impregnar de olores limpios los escritos, de matices.
Colorear.

Escribir es crear paraísos a medidas. Lugares donde edenes y nirvanas no tengan connotaciones religiosas sino divinas. Parajes quiméricos nacidos de una imaginación desbordada que ha hecho despertar la curiosidad de quien de manera amable ha querido visitarlos a través de una mano amiga. Y no hay más.
Cuando se habla y no se tiene nada bueno que decir es mejor callar. Cuando se escribe y no se tiene nada bueno que contar es mejor desistir. El papel lo aguanta todo, incluidos hipotecas y avales, y de eso el mundo real ya tiene suficientes.


Siempre vuestra, 
La Abadesa.

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12 ruegos:


  1. Fascinada adepta confiésome cuando empuña su péndola afilando o afinándola.
    Escritos de fuertes e impávidos matices aromatizados de su única médula.
    Legado legítimo de ser uno mismo, precisamente, por ser uno mismo.
    Incesante fiel prometida de lucha de la sinrazón, del inmerecido privilegio, de la burda regalía.
    Corazón de delicadas entrañas, entrañas malheridas confortadas en su inherente coraje.
    Innegable arrojo que tanto anhelo, tanto admiro y del que tanto me alimento.
    De miradas al frente, de ni un paso atrás, de impávida entereza.
    Abadesa por derecho, por ley, por signar pretérito y presente siempre a su manera.
    De compendio, sus novicias. Nada más que añadir. ¡¡Jujá!!
    Emocionada y agradecida solamente puedo decir:
    Suertuda de su compañía en esta puta rutina que tanto se atraganta.

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  2. Eso sí es una homilía dominical, pese a ser viernes...y qué viernes!!
    No me tenga en tan altos lares, que sabe bien su persona, que la mía, debe más a sus regañinas que a sus alabanzas. Nuestras divergencias no hacen sino dar pábulo a conjeturas que nos retroalimentan de risas y carcajadas que acentúan nuestras patas de gallos (por supuestísimo de corral, ¿de dónde sino?)
    Su isla, en gananciales para ser precisa que luego vienen los panes, es mi lugar favorito de recreo, de oración y de refugio...además de para "liarla parda", como dijo aquella.
    Ruegos y recados, risas y encomiendas....y tooooda la vida para entendernos.
    Yo "sólo le pido a dios, que lo injusto no me sea indiferente"...y tenerla siempre, siempre.
    Y dejémonos de tanta lisonja que para estar intramuros y ser éste su convento estamos extrañamente sentimentales...
    Su Abadesa

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  3. Felicidades, es lo que me traen los mundos que crean para mí mis autores, mis libros que atesoro, con colores de otras épocas, con olores de otras tierras, memorias de vidas que nunca fui y que he vivido todas.

    Lejos de los claroscuros de una industria que se me escapa sigo disfrutando de páginas, como ahora lo hago de tus escritos, que me huelen a libertad, a esfuerzo, a lluvia tan necesaria para respirar, reflejo de tu latido… Querida Abadesa, ¡cuánto cabe en recipientes pequeños!

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    1. Qué sentidos más desarrollados gasta usted, hija mia!! Es satisfactorio saber que hay a quienes no sólo se les presupone su existencia si no que además se jactan de usarlos...y cómo los usa!!
      Los olores son esenciales para los que hemos desgastados prematuramente las retinas, y tal vez el tacto del papel se convierte en nuestro pasaje para vivir en otros lugares y conocer otros cantos, degustar otros sabores.
      Es un honor compartir contigo, y permíteme hoy el tuteo, los matices de la vida.
      Siempre tuya, La Abadesa

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  4. buenos días reverenda madre, decirte que: te gusta escribir y lo sabes... y julito te sonríe apuntándote con el dedo.
    Decir de antemano que soy mucho más de leer que de escribir, aunque supongo que escritura y lectura van inexorablemente de la mano. Escribir es más complicado para mí, que no se escribir, puedo juntar letras para formar palabras y juntar algunas de estas para formar frases y hacerme entender y se terminó ahí mi aportación. Además el corrector de Windows es mi pastor, con el nada me falta.
    Cuál es el secreto para escribir bien?, quien tiene la clave para triunfar escribiendo?, es triunfar escribiendo sinónimo de escribir bien? . Para las primeras no tengo ni idea, sugeriría leer , luego leer y después leer. para lo último rotundamente no. Cincuenta sombras de Grey ha triunfado y no creo que sea una maravilla literaria y como este cienes y cienes de títulos.
    Entiendo que hay muchas “clases” de escritura/lectura; la que te informa, la que te enseña, la que te adoctrina, la que te entretiene ... puede que en la que informa o enseña podría defenderme pero la que veo más complicada es la que entretiene, que es a la que mi querida abadesa se refiere. Vamos que contar historias es otra historia.
    No es solamente tener la imaginación y creatividad para llevarlo a cabo, que se puede tener en mayor o menor medida, es la parte profesional del oficio la que tengo en el aire por no habérmela enfrentado nunca supongo. Eso de crear una trama, una estructura, tener las herramientas específicas para moverte en ese territorio.
    Supongo que la principal herramienta es el lenguaje, centrarse en que sea limpio, eficaz y olvidarse de eso del estilo, burladero de vacíos charlatanes como dice Reverte (profesores de literatura supongo) tener llenos los bolsillos de palabras adecuadas, recursos expresivos, enriquecer tu vocabulario en definitiva teniendo una base cultural sólida, nadie crea desde la orfandad cultural que también decía el señor R. La segunda es tener una buena historia que contar por supuesto.
    En definitiva supongo que un escrito sólo es bueno si cuenta bien una buena historia.

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  5. Sé de tu amor por la lectura y para nada menosprecies tus escritos.
    En realidad lo que apuntas es delimitar qué fue primero, el huevo o la gallina, y no hablo yo de números ordinales. Al revés que usted me confieso de letras, y para seguir siendo sincera creo que usted guarda siempre un saquito de ellas bajo la manga, las cuales sabe ordenar perfectamente.
    Como bien sintetiza, y hago mia su frase..."contar historias es otra historia"
    Siempre es un placer tenerle entre mis muros, que adquieren solera con su presencia.
    La Abadesa

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  6. Estimada Madre

    Tengo su convento abandonado, pero el hecho de no haber entrado a limpiar las telarañas no quiere decir que no haya pisado sus suelos para verlas.

    Lejos esta vez de hundir mi pluma en su mediocridad, he de decirle que sus palabras las he sentido muy acertadas, claras y hasta divinas. Siempre supe que gozaba de buena mano para la prosa y desde luego no estaba equivocado, es más, me place saber que simplemente escribe porque le gusta, y como bien dice porque le hace libre.

    Al igual que el caballero Kanha, yo disfruto más leyendo que escribiendo. La escritura no es mi fuerte, ya me gustaría madre, pero si es cierto que cuando uno se pone y escribe disfruta, disfruta de lo lindo, se siente libre, y eso no hay oro que lo pague.

    Siempre suyo

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    1. Mi muy queridiisimo Arque;
      Le diré en primer lugar que mi convento no tiene telaraňa alguna, no sufra por ello y pise suelo firme. Por otro lado me reconforta saber que sigue "bicheando" entre mis muros, que son los suyos y los de cualquier mortal, o inmortal, que tenga a bien hacerlo.
      Las letras son tooodo un universo que gira entorno a quien sepa mimarlas;lectura y/o escritura son caprichos para almas libres y ávidas de pasión desenfrenada.
      Y esas, creáme, que están salvadas desde el primer punto.
      Siempre suya, La Abadesa

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  7. Soy de los que creen que se puede y se debe escribir de cualquier cosa, como por ejemplo, la cría del champiñón cojonero por riego a aspersión en las cimas del Everest. Y no deja de ser una contradicción, pues daría sepultura a cientos de blogs que me han causado profundo desagrado en forma y fondo. Pero siempre me sobrepongo al desagrado vivido escribiendo en el mío, que a su vez, causará desagrado y agrado a otros. ¿No es fascinante tanta simplicidad?

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    1. Jo sempre he pensat que un poema, de fet, no està ben acabat fins que algúl’ha llegit i li ha donat una dimensió que, l’escriptor sol, no és capaç de donar-li.”
      Miquel Martí i Pol
      La Abadesa

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  8. Estimada Reverenda Madre.

    Con retraso, pero es que últimamente no me da la vida para más, debo decirle que los que escribimos lo hacemos por dos razones:

    1.- Porque tenemos (o creemos tener) algo que contar. La vida, las compañías, las vivencias no nos dejan indeferentes y reaccionamos contándolo ya sea oralmente o, como es el caso que nos ocupa, dejando constancia escrita (con esto de Internet y los blogs ya lo de decir negro sobre blanco carece de sentido).

    2.- Porque nos gusta. Somos así, comunicativos, y dada la imposibilidad de hablar con todo el mundo (eso es algo sólo al alcance de su "Jefe") lo ponemos en nuestros humildes blogs y esperamos de la benevolencia de los demás el que sea leído.

    En su caso se cumplen ambas razones. Tiene usted algo que decir y, en mi opinión, lo que dice es interesante, instructivo, inspirador y educativo.

    Además le gusta hacerlo y eso, Su Reverencia, se nota en la forma y en el fondo.

    Así pues, no deje de hacerlo, los demás, invirtiendo mi anterior premisa, esperamos de su benevolencia que nos siga obsequiando con sus textos.

    Que el Señor esté con usted

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    1. La paz sea con usted D. Atalayero y con toda la sabiduría con la que la vida,que no le da para más, le bendijo.
      Estoy totalmente de acuerdo con las premisas que propone y que "matizo" en mi pequeňa reflexión.
      Es sumamente importante tener algo que contar para escribir,tanto como el saber darle forma, y color, y sabor...Y más importante es tener quien lo haga suyo de modo libre y sincero.
      Las letras siempre me han arropado cuando más frio he tenido, y han bailado conmigo con mayor o menor fortuna. Han sido,son y serán mi vida, y como bien dice la Moski tantas otras que viví gracias a ellas.
      Que suerte que en su atalaya guarde sitio para una Madre aferrada a la libertad suprema que nos ofrecen estas pequeňas.
      Siempre suya, La Abadesa

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