Realidades
“El ladrillo vuelve con fuerza a la Bolsa”.
Así rezaba el último titular leído en prensa la mañana que recuperaba la toga y
una pasión anodina de volver a los Juzgados. La fortuna que amasó en algo más
que un suspiro había caído en picado, rompiéndose como pompa de jabón. Así
cambió las cédulas de habitabilidad por las de citación, el casco por los
códigos, el sentido del humor por el más común de los sentidos.
El
salto al parqué de empresas del sector inmobiliario había removido emociones encontradas.
Frente a aquel inventario
de bienes se dio cuenta que de nuevo era quien disuelve gananciales y no quien
construye sueños.
Siempre vuestra,
La Abadesa.
De una farsa a otra.
ResponderEliminarLas dos huelen a podrido.
Saludos.
Toro, más que farsas, realidades. Con todos los aromas que pudieran desprenderse...
ResponderEliminarLa Abadesa
No sé cómo osa a decir que los juristas usan el más común de los sentidos vistiendo esas mangas de crochet, tan solo les falta la muñequita flamenca encaramada en el hombro.
ResponderEliminarY poquito más.