La diosa que llevo dentro ha dado un triple salto mortal con pirueta y tirabuzón incluido, y ha ido a escacharse a los pies de mi cama. La pobre mía se ha lesionado gravemente; esguince de tobillo, clavícula astillada y el codo partido. Ahí es nada. Conste que yo ya la venía avisando que no está
Por
una burla fatídica del destino he terminado viviendo entre conventos, yo que
siempre soñé con una cabaña en el bosque lejos de todo lo terrenal… y lo divino.
Aunque, y todo hay que decirlo, me consuela pensar, que no saber (los matices
de certeza en estos tiempos lo son todo) que algún día
Usamos cookies propias y de terceros para ayudarte en tu navegación. Si continuas navegando consideramos que aceptas el uso de cookies.OKMás información