Vocación de servicio
Si
el sentido del humor denota inteligencia en quien lo práctica mi abogado ha de
ser superdotado. Nadie maneja mejor que él la ironía y el sarcasmo, pragmático
donde los haya tiene respuesta para todo. Se convirtió en el rey de los
tribunales no por casualidad, ya que promulgar su pasión por las leyes fue
tarea diaria y obligatoria. Eso, y ganar todos los pleitos habidos y por haber,
en fin, un crack.
Su pasión por las leyes le
delata y acumula más pleitos en su haber que ladrillos “el Pocero”. Además
guarda bajo la manga un inventario de artículos y recursos que convierten sus
intervenciones en sala en verdaderas superproducciones hollywodienses. No tiene
igual. ¿La última? Ha solicitado una cédula de inscripción para poder concurrir
a las próximas elecciones. Que tiemble el hemiciclo, pronto será…Su Señoría.
Siempre vuestra,
La Abadesa.
Fite hermana, que yo había leído en algún lugar que para sera abogado había que gastar el más común de los sentidos y no sentido del humor. Si lo vuelvo a leer le digo donde. Y me voy cantando... Eso que fuma el clero lerelere es una especie lerelere de hierbabuenaaaaaa... ¡Qué derroche de sentido del humor, oiga!
ResponderEliminarY poquito más
Y el cachondo del letrado se llegó a su bazar oriental de confianza para agenciarse un pompero y así, además de intervenciones de verdaderas superproducciones hollywodienses también brindaba un toque circense, más marca nacional, vamos, más typical spanish.
ResponderEliminarMadre, cuando guste desarrolle los juegos del convento, porque así no, eh, así no…
A la espera,
La catilinaria
Los juegos del convento me suena a mi a un poco entre curas y monjas, pasadizos, carne, el fontanero y su mujer (que gran filme éste)... A la espera del desarrollo estoy.
ResponderEliminarA sus pies y poquito más
Rediós.
ResponderEliminarD. Cabronidas, es un placer tenerle de nuevo entre mis muros. ¿A que se debe ese réditos?
EliminarSiempre Suya,
La Abadesa
Rediós, perdone
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